Durante el pasado siglo se ha producido un extraordinario progreso en la ciencia y de manera muy especial en la medicina y en la biología. La medicina científica que había comenzado su desarrollo a finales del siglo XVIII va adquiriendo solidez y extensión en el XIX con el método anatomoclínico, el conocimiento de la etiología de muchas enfermedades, sus mecanismos patogénicos, los cambios fisiopatológicos, entre otros avances y alcanza su más alto nivel científico en la segunda mitad del siglo XX.

La aceleración del progreso médico se produce cuando, terminada la Segunda Guerra Mundial, en Estados Unidos se dedican a la investigación científica gran parte de los  fondos económicos que hasta entonces habían sido empleados  para financiar la contienda bélica. En los hospitales se incorporan físicos, químicos, farmacólogos, matemáticos,  etc., que junto a los clínicos establecen un clima nuevo de  colaboración científica. Los resultados fueron inmediatos: aumentó el número y la calidad de las investigaciones médicas junto a una mayor eficacia en la asistencia a los enfermos.

En el momento actual puede decirse que el gran peso de la investigación científica está centrado en la Biomedicina, un término introducido en los últimos años y que comprende áreas de conocimientos clínicos con otros de tipo genético, bioquímico, molecular y celular, biofísicos e inmunológicos. En la Biomedicina se incluye también la investigación epidemiológica, es decir, el impacto de las enfermedades en la sociedad y en la salud pública.

En este proceso histórico surge y se desarrolla la Fisiología humana, la ciencia básica —junto con la Anatomía— de toda la medicina actual de la que partirán, como ramas frondosas que se desarrollan en forma continua,  la Fisiopatología, la Etiopatogenia, la Anatomía patológica  y demás, que en su transcurrir científico, cada vez más acelerado, han ido construyendo la actual medicina con todo su gran poderío diagnóstico y terapéutico.

La Fisiología puede definirse como la ciencia que estudia las funciones de los seres vivos y su regulación,  dentro de un todo que incluye, por una parte, la  homeostasis (mantenimiento de las características físicas y químicas del medio interno) y, por la otra, la adaptación  al ambiente en el que se desarrolla y vive.

Los incesantes avances científicos están permitiendo conocer cada vez mejor los diversos factores y variados  mecanismos que mantienen la constitución normal y el funcionamiento del ser vivo. La Fisiología, la ciencia en la que se basan todos estos conceptos, responde también a las exigencias del progreso científico de la Medicina que se estudian adecuadamente en el presente tratado de Fisiología humana que, en su cuarta edición, lo mismo que en las anteriores, dirige y coordina el profesor Jesús A. F. Tresguerres.

La gran aportación que este libro representa para el conocimiento de la Medicina actual puede apreciarse en los distintos capítulos redactados por autores de gran  prestigio, tanto españoles como de otros varios países que  exponen los últimos avances y conocimientos de las ciencias  médicas básicas. El trabajo extraordinario del profesor Tresguerres en esta obra, en muchos de cuyos capítulos ha  intervenido directamente, ha permitido disponer en nuestra  lengua del mejor tratado actual de Fisiología humana del que se beneficiarán todos los estudiosos de la medicina.

El panorama de la medicina moderna es admirable, pero promete serlo aún más en el futuro como resultado de las investigaciones científicas en curso. En Medicina, todas las maravillas actuales y las que se esperan, derivan del conocimiento básico del ser humano en su estructura anatómica y en su funcionamiento fisiológico, todo lo cual se encuentra expuesto con gran claridad y precisión en el presente tratado de Fisiología humana, sin duda un excelente libro de consulta para todos los estudiosos y profesionales de la Medicina.

Dr. José M. Segovia de Arana
Catedrático emérito de Patología Médica